Nuestra Bandera

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Nos inclinamos hacia esta bandera

Textos de humor

1.DIARIO DE UNA FEA

--------- *** Diario *** ---------

Cuando nací, el doctor fue a la sala de espera y le dijo a mi padre: "Hicimos lo que pudimos... pero nació viva..."

Era tan fea que nací dos veces, la primera cuando me vio el doctor dijo: "¡En la torre!" y me regreso de vuelta y después
volví a salir...

Mi mamá no sabía si quedarse conmigo o con la placenta.

Como era prematura me metieron en una incubadora... con vidrios polarizados.

Mi madre nunca me dio el pecho porque decía que solo me quería como amiga.

Yo siempre fui muy peluda; a mi madre siempre le preguntaban:Señora ¿la parió o la tejió...?"

Mi padre llevaba en su billetera la foto de la niña que venía cuando la compró.

Pronto me di cuenta que mis padres me odiaban, pues mis juguetes para la bañera eran un radio y un tostador eléctrico.

Una vez me perdí. Le pregunté al policía si creía que íbamos a encontrar a mis padres y él me contesto: "No lo sé; hay un montón
de lugares donde se pudieron haber escondido..."

Mis padres tenían que atarme un trozo de carne al cuello para que el perro jugara conmigo.

Si, amigos, yo soy FEA, tan FEA que una vez me atropelló un trailer y quedé mejor.

Cuando me raptaron, los secuestradores mandaron un dedo mío a mis padres para pedir recompensa. Mi madre les contesto que
quería más pruebas.

Tuve que trabajar desde chica. Trabaje en una veterinaria y la gente no paraba de preguntar cuánto costaba yo.

Un día llamo un chico a mi casa diciéndome: "Ven a mi casa que no hay nadie..." Cuando llegué no había nadie...

El psiquiatra me determinó un día que yo estaba loca. Yo le dije que quería escuchar una segunda opinión. "De acuerdo", me
contestó, "además de loca es usted muy fea..."

Una vez cuando me iba a suicidar aventándome desde la terraza de un edificio de 50 pisos, mandaron a un cura a darme unas palabras de aliento. Solo dijo: "En sus marcas,listos..."

Fui un poco la consentida de mi papá... fui la única que saco su bigote...

El último deseo de mi padre antes de morir era que me sentara en sus piernas... Lo habían condenado a la silla eléctrica...


2.El miedo, esa sensacion absurda

¿Qué malo es el miedo, ¿eh?
Yo no estoy preparada para el miedo, no me sé comportar con dignidad.
No hay más que ver la cantidad de gilipolleces que hago cuando tengo miedo.


Porque vamos a ver, yo estoy por la noche en la cama y oigo un ruido extraño, ¿y qué hago?
¡Me tapo con la sábana! ¡Muy bien!
¿Qué pasa, que la sábana es antibalas?
¿Que si viene un malo con un cuchillo no va a poder atravesarla, se le va a doblar la hoja?
¡Hombre, por favor!


¿Y cuando me da por mirar debajo de la cama?
¡Hombre, que ya tenemos una edad!
Además, suponiendo que haya un asesino debajo de la cama, ¿qué gano mirando?
¡Que me mate antes! Muy bien, fantástico.
¿Alguien se imagina que un día me encontrase a alguien debajo de la cama? ¿Qué le diría?:
-Buenas nocheeees... ¿Qué? Asesinando, ¿no?
-A ver, hay que ganarse las lentejas.
-¡Pero hombre de Dios! Salga de ahí que se va a quedar frío. Ande, suba, que va a coger asma con tanta pelusilla. Máteme en la cama, que estará más cómodo.


Otra de mis reacciónes estúpidas ante el miedo es mirar dentro del armario, que ya es el colmo.
Porque, vamos a ver ¿a alguien le cabe un señor dentro del armario?
Pero si el día que plancho no sé dónde meter toda la ropa, ¿cómo se va a meter un tío ahí dentro?


Otra situación. Oigo un ruido raro en casa y me levanto, 'acojoná', en pijama, y pregunto:
-¿Hay alguien?
¿Pero qué me creo, que si hay alguien me va a contestar?
Lo mejor es cuando llego a la conclusión de que si hay alguien sólo puede estar detrás de la puerta del cuarto de baño, porque lo demás ya lo he registrado y, ¿qué hago?
Asomo la cabeza poco a poco, más que nada para que, si hay alguien, me dé a gusto. ¡Ay!.


Otra. Voy en un coche y, de repente, el conductor empieza a correr como si fuese Carlos Sainz, pero sin Carlos y sin Sainz, y yo acojonada.
¿Qué hago?
Lo normal, protegerme: me agarro a la asita de plástico que hay encima de la puerta.
Ya se puede estampar si quiere, que yo voy cogida a la asita...
En esta situación, las madres lo que hacen es coger el bolso y se lo ponen delante, como si fuera un airbag.


¿Y cuando voy en bicicleta bajando una cuesta y aquello se embala?
¿Qué es lo que se me ocurre?
Quitar los pies de los pedales. ¡Muy bien, muy inteligente!
Cuando me descontrolo del todo, suelto también las manos del manillar.
Eso es. Pero ¿qué me creo que va a pasar? ¿Que voy a salir volando como E.T.?


Cuando me van a poner una inyección, ¿qué hago?
Poner el culo tan duro que la aguja rebota.
Sé que duele más, pero no puedo evitarlo.
Y es que el miedo me incita a hacer una idiotez detrás de otra: tengo que bajar al garaje y no hay luz.
Empiezo a pensar en fantasmas o en si habrá alguien escondido y, ¿qué hago?
Cantar. ¡Miedo, tengo miedo, no lo sabes tú muy biebebeben!

Eso es

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